Una aproximación a la Vigilancia Tecnológica y a la Inteligencia Competitiva
De acuerdo al estudio realizado por el Ministerio de Agricultura “Estudios de Vigilancia Tecnológica Aplicados a Cadenas Productivas del Sector Agropecuario Colombiano, Cuatro Ejercicios Piloto para la Definición de Agendas de Investigación” Bogotá, 2008. La definición de lo qué es Vigilancia Tecnológica e Inteligencia Competitiva se traduce en: ”… una manera para estar atento a los cambios del entorno de forma sistemática es a través de la práctica de la Vigilancia Tecnológica (VT) y la Inteligencia Competitiva (IC), que se define como un proceso sistemático en el que se capta, analiza y difunde información de diversa índole —económica, tecnológica, política, social, cultural, legislativa—, mediante métodos legales, con el ánimo de identificar y anticipar oportunidades o riesgos, para mejorar la formulación y ejecución de la estrategia de las organizaciones (Sánchez-Torres, 2005).”
Además “… que para algunos autores como Escorsa y Tena, el sintagma Inteligencia Competitiva es la evolución del sintagma Vigilancia Tecnológica. Así las cosas, lo que está claro es que no tiene sentido hacer vigilancia tecnológica sino se toman decisiones, y no tiene sentido generar Inteligencia si previamente no se ha hecho una búsqueda concienzuda en el entorno.”
Las razones para realizar VT e IC en las empresas y organizaciones se destacan: “Un proceso de VT e IC realizado de modo coordinado y continuo posibilita el desarrollo de competencias en el ámbito de la Innovación , productividad y competitividad. Como resultado, las organizaciones pueden identificar un conjunto de servicios y productos que lleguen a ser competitivos en los mercados globales. Adicionalmente, facilitan la respuesta a diferentes entornos, por parte de las empresas, las universidades e instituciones del gobierno de fomento al desarrollo productivo.
En esencia la VT e IC permite a las empresas y organizaciones claros beneficios (Palop y Vicente, 1999):
• Anticiparse, pues alerta sobre cambios o amenazas provenientes de sectores distintos al de la organización, le señala posibles nuevos nichos de mercado.
• Reducir riesgos al detectar competidores o productos entrantes o sustitutivos.
• Ayuda en el proceso de innovación porque ayuda a decidir el programa de I+D+I y su estrategia, igualmente a justificar el abandonar proyectos, resolver problemas específicos de carácter técnico.
• Cooperación al conocer nuevos socios, al establecer su capacidad e idoneidad de trabajo, también le permite identificar enlaces academia–sector productivo, entre otros.
En consecuencia: “No practicar la VT e IC ocasiona perdidas de mercado y de posiciones competitivas para las empresas. También se ha cuantificado que, por ejemplo, año a año las empresas europeas pierden cerca de 25000 millones de de euros por investigar y desarrollar productos ya patentados (Escorsa et al, 2002).”
Inteligencia Competitiva
No solo las empresas deben practicar VT e IC, también las demás instituciones educativas y gubernamentales del país deberían realizarlas: “Ahora bien, aunque la VT e IC se practica, usualmente, en las empresas también tiene sentido para otras organizaciones, por ejemplo, instituciones educativas, centros tecnológicos, grupos de investigación, entidades estatales interesados en la Innovación y la Investigación y Desarrollo de procesos y productos. Inteligencia si previamente no se ha hecho una búsqueda concienzuda en el entorno. En estas organizaciones la práctica de la VT e IC trae beneficios como (Sánchez -Torres, 2007):
• Puede ayudarles para alértales sobre cambios en el desarrollo científico, señalando sectores emergentes de investigación.
• Les facilita la actualización de conocimientos, señala posibles nichos en los que puede llegar a competir el país u organización.
• Evita destinar recursos humanos y económicos en áreas cuya obsolescencia es inevitable.
• Puede ayudar a decidir el rumbo de las políticas de Ciencia Tecnología e Innovación, al igual que líneas de investigación.
• Permite identificar las capacidades de instituciones, grupos de investigadores e incluso empresas para llevar a cabo acuerdos de I+D+I.
• Permite identificar actores, como expertos de talla internacional o instituciones, que les sirvan como pares evaluadores o como posibles socios.”
Fuente "Estudios de Vigilancia Tecnológica Aplicados a Cadenas Productivas del Sector Agropecuario Colombiano, Cuatro Ejercicios Piloto para la Definición de Agendas de Investigación” Bogotá, 2008.