Serie "Elaboración del Plan de Negocios": Información General del Negocio: La Identidad de tu Empresa. (Parte 2)

 

3.4 Misión: ¿Cuál es tu propósito fundamental?

La Misión representa la razón de ser de tu empresa; explica por qué existe y qué busca lograr en el día a día. Definir con claridad la misión es el primer gran paso para alinear las acciones de tu negocio o empresa con sus metas de largo plazo. La misión responde, sobre todo, a preguntas fundamentales:

¿Qué haces? Especifica el producto o servicio que ofreces. ¿Para quién lo haces? Identifica tu público objetivo: clientes, beneficiarios o segmentos de mercado a quienes sirves. ¿Qué necesidad satisfaces? Explica el problema o necesidad concreta que tu oferta resuelve o suple. ¿Cuál es tu valor diferencial? Expresa por qué tu empresa es única. Puede aludir a la calidad, el enfoque innovador, la atención personalizada o cualquier factor que distinga tu propuesta.

Por ejemplo, si estás dedicado a servicios de desarrollo de software una misión podría ser: “Empoderar a las pequeñas empresas a través de soluciones tecnológicas innovadoras que impulsen su crecimiento y competitividad.”

Este ejemplo de misión nos dice claramente qué es lo quiero hacer, define la acción principal (empoderar). También nos dice a quienes quiero llegar concretamente quién es nuestro público objetivo (pequeñas empresas). A su vez nos dice cómo lo hacemos, expresa el medio (soluciones tecnológicas innovadoras). Y al final estamos mostrando cuál es el beneficio clave (crecimiento y competitividad).

Una misión clara y bien articulada ayuda a definir las bases culturales de la empresa y la esencia de tus operaciones. Cuando cada miembro del equipo comprende y comparte esta razón de ser, se facilita la cooperación y la motivación interna para alcanzar los objetivos. Además, la misión facilita que clientes e inversionistas entiendan rápidamente qué pueden esperar de tu negocio.

De todas formas, no te compliques mucho con la elaboración de tu misión, pero expresa claramente qué es lo que quieres lograr. Mira la visión de Walt Disney, que, aunque ha evolucionado con el tiempo, siempre se ha centrado en “Hacer feliz a la gente”

3.5 Visión: ¿Dónde quieres llegar?

La Visión proyecta el futuro que deseas construir. De acuerdo con Kotler y Keller (2012) en Marketing Management, una visión inspiradora motiva a la organización a esforzarse y a innovar continuamente. A diferencia de la misión, que describe lo que eres y haces hoy, la visión plantea la meta u horizonte hacia el que te diriges en los próximos años.  Normalmente una visión debería construirse a partir de algunos elementos, debe ser:

Ambiciosa: Proponerse una meta alta que te mantenga desafiado.

Inspiradora: Reflejar un ideal colectivo que motive a todo el equipo.

Clara: Ser comprensible para inversores, colaboradores y clientes potenciales.

Ejemplo: “Ser la empresa líder en soluciones tecnológicas para PYMES en Latinoamérica, reconocida por su innovación y compromiso con el éxito de sus clientes.”

Como puedes ver este enunciado ilustra la aspiración de liderazgo geográfico (Latinoamérica), la especialidad (soluciones tecnológicas para PYMES) y la propuesta de valor esencial (innovación y compromiso con el éxito). Una visión bien definida le da sentido a cada proyecto y actividad que emprendas, permitiendo que cada decisión estratégica esté alineada con ese “norte” definido.

3.6 Objetivos: Metas concretas a alcanzar

Los Objetivos traducen la misión y la visión en metas específicas y medibles a corto, mediano y largo plazo. Un enfoque común para establecer objetivos es el método SMART, popularizado en la década de 1980 (Doran, 1981), que establece que todo objetivo debe ser:

Específico (Specific): Debe describir claramente qué se va a lograr. Sin adornos de ningún tipo, debe ser muy simple para que cualquier persona que lo lea entienda que es lo que se espera alcanlzar después de le ejecución de las estrategias de la empresa.

Medible (Measurable): Incluye indicadores o métricas que permitan cuantificar o calificar el resultado. Recuerda que en el mundo empresarial lo que no se mide no existe. Necesariamente debemos establecer a dónde queremos llegar y eso solo es posible si definimos que indicadores vamos a cumplir.

Alcanzable (Achievable): Debe ser realista y factible con los recursos y el contexto actual de la empresa. Se tiene que pensar con los pies en el suelo, siendo conscientes de nuestras limitaciones, pero entendiendo que con una eficiente combinación de recursos podemos llegar a donde nos lo planteamos.

Relevante (Relevant): Contribuye de manera directa al cumplimiento de la misión y visión. Es decir, que cada acción que tomemos en realidad nos conduzca a cumplir esa visión. Que no se salga del “Core” del negocio, ni genere distracciones que nos eviten consolidar la misión y la visión.

Con plazos definidos (Time-bound): Establece un horizonte temporal para su consecución. Cada uno de los objetivos en esencia debe establecer un plazo en el cuál debe cumplirse, claro está, acorde con los recursos que tiene disponibles la empresa.

Lo ideal es que los objetivos se definan en el tiempo de esta forma:

Objetivos a Corto Plazo (hasta 1 año),

Objetivos a Mediano Plazo (2 a 3 años)

Objetivos a Largo Plazo (5 años o más)

3.7 Productos o Servicios: ¿Qué ofreces?

En este apartado, describes detalladamente tu oferta al mercado. Siguiendo la estructura propuesta por autores como Osterwalder y Pigneur (2010) en Generación de Modelos de Negocio, es esencial detallar los siguientes aspectos:

Características: Incluye especificaciones técnicas, funcionales o de diseño, con el fin de que tus potenciales inversores entiendan aspectos que hace único a tu producto. También explica si son productos tangibles (como bienes de consumo o industriales) o intangibles (como servicios de consultoría, software, etc.).

Beneficios: Resalta de qué manera tus productos o servicios aportan valor a los clientes. Recuerda que es crucial explicar qué problemas resuelven o qué necesidades satisfacen.

Ventajas competitivas: ¿Qué te diferencia de propuestas similares en el mercado? Pueden ser factores como: precio competitivo, alta calidad, facilidad de uso, soporte técnico confiable, reputación, entre otros. No olvides que la ventaja competitiva determina la capacidad de tu empresa para destacarse y sostener ese diferenciador en el largo plazo, y ésta, se construye sobre la base de atributos que tus competidores no pueden replicar fácilmente o que tú ofreces de manera más eficiente.